‘Gladiator 2′ ha debutado en salas de cine con un enorme éxito gracias a sus 87 millones de dólares de recaudación en todo el mundo, situándose como la película de clasificación R más taquillera de Paramount Pictures y del propio Ridley Scott en su primer fin de semana. Es por ello que queremos echar la vista atrás y recordar uno de los contratiempos más relevantes de la primera parte, la epopeya romana protagonizada por Russell Crowe en el año 2000, ganadora de hasta cinco premios Óscar, incluyendo galardones tan deseados como los de Mejor película y Mejor actor. Y es precisamente un compañero de reparto de Crowe el que protagonizó una de las situaciones más rocambolescas y tristes de la producción: la muerte del célebre actor Oliver Reed en pleno rodaje por una absurda apuesta en un pub de Malta.
A pesar de su imagen pública como un hombre problemático, quienes lo conocieron de cerca describen una faceta diferente. Según declaraciones de su hijo, Mark Reed, recogidas por Irish Independent, el actor era en realidad una persona educada, inteligente y tímida. Sin embargo, su comportamiento provocador y sus excesos terminaron definiendo su imagen.
Algunos especulan que Reed adoptó deliberadamente esta personalidad para satisfacer las expectativas del público. Aunque nunca se confirmó, se cree que en ocasiones fingía estar más borracho de lo que realmente estaba durante sus apariciones en televisión.
Reed quien actuó en ‘Gladiator’ como un entrenador de gladiadores que compra como esclavo a Máximo- falleció de la forma más inesperada y absurda durante el rodaje del filme en la isla de Malta en mayo de 1999. Tanto es así, que sus conocidos problemas de alcoholismo acabaron con su vida a pesar de cumplir con su promesa a Ridley Scott de no beber durante el rodaje a excepción de los fines de semana.
Tanto es así, que un domingo por la mañana Reed estaba tomando unas copas en un pub de La Valeta (Malta), momento en el que parte de la tripulación de un barco de guerra británico entró al bar. El actor no dudó en retar a los soldados para ver quién aguantaba más bebiendo. “Cayó muerto al suelo de un bar. Probablemente se había tomado un par de pintas y dijo: ‘No me siento bien’, se tumbó en la alfombra y murió”, explicó Ridley Scott en su momento.
Entonces entró en juego otro contratiempo: Oliver Reed aún tenía por delante dos días de rodaje, por lo que el cineasta se quedó sin un actor que formaba parte del reparto principal del filme. Y si bien en la actualidad puede resultar relativamente sencillo sustituir a un actor y aplicar técnicas de deepfake para simular su rostro, en 1999 no era tan habitual. Es por ello que la producción contrató a un doble para rodar varias escenas en las que aparecía de espaldas, a lo que se sumaron los efectos digitales en los momentos en los que se veía su rostro.
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