06/05/2025 Actualizada 23:4016
Se vio el FC Barcelona en la final de la Champions League, pero la historia no acaba hasta que el árbitro pita el final. Había hecho lo más difícil al remontar en 2-0, pero en el descuento Franco Acerbi se vistió de delantero para poner el 3-3 y mandar el partido a una prórroga en la que el Inter de Milán aprovechó la que tuvo y puso el 4-3 definitivo con el que se sacó el billete a la final de Múnich.
Luchará el Inter de Milán por la ‘orejona’ y al Barça le costará reponerse de este mazazo. Ya prácticamente se estaba festejando la victoria, una remontada increíble, cuando los italianos demostraron que son un grande de Europa y se reengancharon a una eliminatoria inolvidable. Para los aficionados neutrales por la exhibición ofensiva, para los interistas por la victoria y para el Barcelona porque la sexta, 10 años después de la quinta, sigue resistiéndose.
Que San Siro iba a ser una caldera es algo que no pilló por sorpresa al Barça. Los radicales del Inter de Milán, involucrados en el caso Ultras que lleva ya más de 20 detenidos en Italia, levantaron la huelga de animación que comenzaron desde que se les amenazó con expulsarles y comandaron la animación de la hinchada interista. Apretaba en cada posesión del equipo culé y llevaba en volandas a su equipo, muy bien plantado en el césped.
Sabían los hombres de Simone Inzaghi a lo que debían jugar para neutralizar los ataques del rival. Presión en cada salida de balón de los azulgranas, esta noche de verde, ni un milímetro a Lamine Yamal y hundir el equipo muy cerca de la portería de Yan Sommer para no dar espacios a los culés cuando estuviesen en fase ofensiva. El plan estaba claro y el tiempo pasaba sin que apenas sucediesen cosas.
El Inter se adueñó del partido
Crecía el Inter en el partido mientras que el Barça se agarraba a una genialidad de Lamine Yamal, estrella del equipo con solo 17 años. Se fue notando que los italianos estaban mejor y fue Dani Olmo al que le temblaron las piernas y perdió un balón imperdonable en transición para que el Inter pillara ‘desnudo’ al Barça, montara un ataque rápido y Lautaro Martínez empujara la pelota a placer.
Trató de reaccionar el Barcelona y Pedri pidió un penalti por mano de Acerbi. No lo vio así el colegiado ni tampoco el VAR y a medida que se acercaba el descanso crecía el Inter y perdía fuelle el conjunto culé. De hecho, justo al filo del intermedio Lautaro se plantó solo ante Szczęsny y llegó con todo al suelo Cubarsí.
En directo no pitó nada Marciniak, pero esta vez intervino el VAR y le mandó al monitor a revisar la acción. Desde los once metros, el Inter, por medio de Çalhanoğlu, no perdonó y amplió su ventaja hasta el 2-0 para dejar muy tocado a un Barça que apenas había inquietado el área del conjunto milanés.

Si algo ha protagonizado el Barça esta temporada son remontadas express y ahora estaba obligado a otra. No salió demasiado activo y el Inter trató de buscar el tercero, el que habría supuesto la sentencia. Lo logró Acerbi en una jugada a balón parado pero estaba en fuera de juego y a partir de ahí despertaron los culés y desaparecieron los interistas.
Tuvo que ser un protagonista inesperado, Eric García, el que metiese al Barça de nuevo en la eliminatoria. Un gran centro de Gerard Martín hacia el segundo palo, donde se encontraba el que hoy se desempeñaba en el otro lateral, que se sacó un remate con el interior a la mismísima escuadra con el que dejó clavado a Sommer y recortó distancias. Pudo hacer otro el jugador catalán a los pocos minutos tras un contragolpe perfecto, pero con toda la portería para él y el guardameta suizo casi en el suelo, echó el balón al muñeco.
Olmo, de villano a héroe
Iba ya con todo el Barcelona y las dudas cambiaron de bando. Atacaba y atacaba el conjunto culé y fue otra espectacular asistencia de Gerard Martín con un centro al segundo palo la que dio el empate. El pase encontró a Dani Olmo libre de marca, que remató de cabeza para superar la estirada de Sommer.
Se gustaban los muchachos de Flick y sobre todo Lamine Yamal, que aprovechó una entrada de Mkhitaryan para ser el más pillo de la clase, sacar la falta y que el colegiado señalara penalti. Había dudas de si era dentro o fuera, pero el polaco la pitó en el área. No lo consideró así el VAR que la sacó por pocos centímetros. En función de la toma parece una cosa u otra, por lo que puede resultar entendible que no se señalara la pena máxima.
Lejos de venirse abajo el Barça siguió insistiendo y tras una exhibición de paradas de Sommer, tuvo que ser el renacido Raphinha el que completara la remontada. Entró en el área con un pase de Pedri, lanzó, se la paró el suizo, pero en el rechace no falló y la reventó rasa pegadita al palo largo para mandarla a guardar. Lo tenía el Barça en su mano y casi lo celebraba, aunque apareció Acerbi en el descuento para amargar la fiesta y mandar la semifinal a la prórroga. Antes, también en el añadido, Yamal se topó con el poste en lo que habría sido el 2-4.

A pesar del mazazo parecía que el Barcelona llegaba más fresco a esta prórroga. La cosa es que ese gol del Inter, que ya se veía eliminado, dio fuerzas y alas al equipo local. Intentó aun así el Barça llevar la iniciativa, pero un error de Araujo permitió a Fratessi sacarse un zurdazo libre de marca con el que volver a poner por delante al Inter. Partido loco donde cualquier cosa podía ocurrir.
Precisamente porque todo podía suceder, se encargó el Inter de que no se jugara al fútbol. Que simplemente pasaran los minutos sin que ocurriese nada. El Barça, que se la jugó con dos delanteros, ya estaba sin fuerzas y la sexta tendrá que esperar. Tocaron la final con la yema de los dedos pero hasta el rabo todo es toro.
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