Las favelas de Río de Janeiro amanecieron el martes bajo helicópteros, sirenas y fuego cruzado. Unos 2.500 agentes de diferentes cuerpos policiales se desplegaron desde la madrugada en los complejos de Penha y Alemão, dos de los conjuntos de favelas más densamente poblados y conflictivos de la capital carioca.
Al menos 130 personas han muerto y otras 80 han sido arrestadas desde el martes, cuando se llevó a cabo la operación más letal llevada a cabo por las fuerzas de seguridad brasileñas contra una de las estructuras de Comando Vermelho, el grupo criminal más importante del país, en la zona norte de Río de Janeiro.
El gobernador del estado de Río de Janeiro, Cláudio Castro, dijo a los periodistas que entre los muertos hay hasta cuatro policías, y calificó la operación como “la mayor” realizada contra el Comando Vermelho, que junto con el Primer Comando de la Capital (PCC), es también una de las bandas más activas en el narcotráfico en Brasil.
Según recogen los medios del país, los integrantes del Comando Vermelho montaron barricas en las favelas para intentar impedir la entrada de las fuerzas de seguridad, que según fuentes oficiales han movilizado a unos 2.500 agentes. El gobernador Castro aseguró, y mostró unos vídeos como prueba, que los delincuentes resistieron hasta con drones artillados, con los que atacaron a los policías en algunos puntos de las favelas.
De acuerdo al primer balance, han sido incautados medio centenar de armas de fuego, entre los que había 31 fusiles de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. El despliegue policial y la respuesta de la organización criminal causó dificultades en Río de Janeiro. La empresa RioOnibus, que controla el transporte público, aseguró que al menos 50 vehículos fueron robados y utilizados por los narcotraficantes para bloquear calles y avenidas.
Además, algunas líneas de autobuses modificaron rutas para evitar los tiroteos y se presentaron largas filas en las estaciones del tren metropolitano y del metro. El alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, garantizó que los transportes públicos continúan funcionando y extenderán sus horarios porque “Río no puede convertirse en rehén de los grupos criminales”.
El Comando Vermelho, fundado en la década de 1970 en el sistema penitenciario de Río, mantiene un dominio férreo sobre varias comunidades, donde impone su ley paralela. Su influencia se extiende más allá del estado carioca, con presencia en la Amazonía y vínculos en el tráfico internacional de drogas. La magnitud del operativo del martes refleja la dificultad de desarticular una estructura que se ha adaptado a lo largo de décadas, pese a las sucesivas ofensivas estatales.

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