El presidente de Ecuador anunciará su plan de Gobierno. En campaña dio muchas pistas de por donde irán los tiros y todos apuntan a que la mano dura, como reclaman sus votantes, se alzará con más fuerza que nunca contra el crimen organizado
24/05/2025 Actualizada 04:301

La segunda etapa y primer periodo de Gobierno completo de Daniel Noboa no tiene visos de que vaya a ser fácil. Luisa González, su adversaria en las elecciones, no dio marcha atrás e insiste en no reconocer los resultados, pese a que la totalidad de los observadores internacionales los dan por buenos y los comicios se celebraron con transparencia. La posición de la sucesora de Rafael Correa, lleva implícito un intento de deslegitimación de la Presidencia de cinco años, duros, que tiene por delante Noboa.
La seguridad, el eje sobre el que han pivotado los dos años de Gobierno con los que Noboa completó el periodo del banquero Guillermo Lasso, sigue siendo la bandera que ondea con más entusiasmo el hijo del multimillonario y perseguido de Rafael Correa, Alvaro Noboa.
Los ecuatorianos no han llegado a acostumbrarse a estos tiempos de narcotráfico y crimen organizado. La población reclama ese sosiego que se ha esfumado entre el comercio de papelinas y el silbido de balas. Para ellos y para su pasado no histórico, Ecuador era un país tranquilo, aunque difícil de vivir desde que se impusiera el dólar como moneda corriente, decisión adoptada por el expresidente Jamil Mahuad que ninguno de sus sucesores se ha atrevido a modificar.
Sólo en el primer trimestre de 2025, las cifras oficiales identifican 2.300 muertes violentas
En apenas una década, todo ha cambiado. Sólo en el primer trimestre de 2025, las cifras oficiales identifican 2.300 muertes violentas. Esto representa un incremento del 65 % respecto del mismo periodo de tiempo del año pasado. Pero hay más, significa que es la etapa más violenta de la que se tiene registro en Ecuador.
A Noboa, economista sin complejos formado y nacido en Estados Unidos, la idea de abrir las puertas del país para que entrasen los marines le haría feliz, como él mismo ha declarado. Meter al Ejército de Donald Trump —estuvo en su investidura en Washington— para liquidar a narcos y maleantes puede parecer una idea que atente contra la soberanía de un país, pero eso no le preocupa al presidente reelecto.
Estados Unidos, con Marco Rubio en el departamento de Estado, vuelve a mirar al sur. El Gobierno de Donald Trump es consciente de que China le ha ganado el terreno en lo que un día se consideraba su «patio trasero». El gigante asiático es el principal socio comercial de la región, pero Washington apunta a serlo militar. Con ese objetivo en la mira, ha sacado del olvido de Ecuador y de Argentina, las antiguas bases de Manta en el Pacífico y de Ushuaia en el punto más extremo de la Patagonia.
La primera, en rigor el Puesto de Operaciones Avanzadas(FOL, por sus siglas en inglés) de Manta, tenía la misión de detectar, controlar y rastrear aeronaves del narcotráfico, aunque luego se convertiría en un freno para la expansión de las FARC (Fuerzas Armadas de Colombia). Pero el FOL pasó a manos del Gobierno de Correa en 2009 y todo cambió. La narcoguerrilla terrorista colombiana encontró refugio en la selva ecuatoriana de donde, en una ocasión, la sacó a tiros el Gobierno de Álvaro Uribe.
La decisión de Correa de echar el cierre a la base de Manta se adoptó en pleno apogeo de Unasur y el Foro de Sao Paulo, las dos organizaciones difusoras del socialismo siglo XXI y las corrientes bolivarianas que impulsó Hugo Chávez, otro padrino de las guerrillas.
Ambas organizaciones, Unasur y el Foro de Sao Paulo, son hoy un efímero reflejo de lo que fueron. Daniel Noboa se encuentra en un contexto regional razonablemente favorable, donde apenas tiene enfrente a Lula, que también es una sombra de lo que fue, a un desorientado Gustavo Petro y a Gabriel Boric, un verso suelto con fecha de caducidad ya que en seis meses hay elecciones. Nicolás Maduro y Daniel Ortega, carecen de influencia y son los apestados de todos.
Así las cosas, Noboa, con la mayoría que le respaldó en la segunda vuelta de las elecciones, con más de 10 puntos por encima de González, y con las encuestas que advierten que la seguridad es el principal problema para los ecuatorianos, no es descartable que insista en intentar avanzar en esa idea de los marines si Trump está de acuerdo.
Tras asistir a las exequias del Papa Francisco, el presidente de Ecuador viajó a Madrid (le tocó el apagón) y luego se dirigió a Arabia Saudí y a Israel. Los asuntos principales en su agenda fueron, como era previsible, la lucha contra el narcotráfico y el crimen internacional. Con esas mismas asignaturas pendientes abriría las conversaciones con Keir Starmer y Emmanuel Macron. El resultado no tardará mucho en conocerse.
Daniel Noboa vuelve hoy a protagonizar una ceremonia de investidura. El presidente de Ecuador anunciará su plan de Gobierno. En campaña, en estos dos últimos años y en esa gira internacional dio muchas pistas de por donde irán los tiros y todas apuntan a que la mano dura, como reclaman sus votantes, se alzará con más fuerza que nunca contra el crimen organizado.
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