Internacional | El Debate | 2025-09-11 12:48:16
Brillaba el sol al mediodía en la Universidad del Valle de Utah mientras más de 3.000 personas se agolpaban para escuchar a Charlie Kirk, quien, pese a su corta edad, ya se había labrado una importante fama como uno de los ideólogos del movimiento MAGA, creador de Turning Point y conductor de uno de los pódcast más famosos del país. Pocos minutos después, alrededor de las 12:10, mientras Kirk debatía con un estudiante sobre la violencia armada en el país, rodeado de un fuerte dispositivo de seguridad, un disparo resonó en el aire e impactó al político en el cuello.
De inmediato, fue trasladado al hospital regional Timpanogos, pero no lograron hacer nada por su vida. Pocas horas después, a las 16:40, el propio presidente del país, Donald Trump, confirmó su muerte.
Defensor de la Segunda Enmienda, enemigo declarado del aborto y la agenda woke, Kirk se encontraba en el estado de Utah para dar pistoletazo de salida a la gira American Comeback Tour. Era la primera de 15 paradas en campus universitarios repartidos a lo largo del país. Y es que, si algo destacaba del político, era su influencia en los jóvenes y, en especial, su habilidad para convencerlos de políticas más conservadoras. Una de las claves de la victoria electoral de Trump.
Cronología del crimen
La tragedia se desató a las 12: 10 del mediodía en un anfiteatro al aire libre de la Universidad del Valle de Utah, el centro público más grande del estado con más de 47.000 alumnos. Ante unas 3.000 personas, Kirk respondía a una pregunta sobre violencia armada cuando un único disparo lo alcanzó en el cuello. El proyectil, lanzado desde la azotea del edificio Losee, a 180 metros de distancia, burló el dispositivo de seguridad, que contaba con guardaespaldas privados además de seis agentes que la policía local destinó al evento.
Mientras el pánico se apoderaba de la zona y de los asistentes al evento, el FBI asumió el control del caso para dar con el culpable. Primero cogieron a un hombre mayor llamado Geoge Zinn, de 60 años, que fue liberado poco después, aunque acusado de obstrucción a la justicia. Horas más tarde, las autoridades interrogaron a un nuevo sospechoso, Zacharian Qureshi, un simpatizante de Turning Point de origen árabe, pero también se le soltó al no encontrar pruebas de su vinculación con el homicidio.
Trump, desde la Casa Blanca, ha culpado de la violencia a la «izquierda radical», ha asegurado que «perseguirá» a los culpables y también ha confirmado que condecorará a Kirk con la Medalla Presidencial de la Libertad, la máxima condecoración civil del país. Sin embargo, por ahora sigue sin saberse la identidad del asesino. Un vídeo divulgado en X muestra a una persona corriendo a toda velocidad sobre el tejado de uno de los edificios frente a la carpa donde fue asesinado Kirk y las autoridades locales han confirmado que iba vestido con ropa oscura.
Durante la tarde de este jueves, el FBI ha dado nuevas pistas aunque siguen sin localizarle. Han encontrado el arma que utilizó, donde han hallado huellas dactilares y también mensajes grabados en la munición. Concretamente, y tal como ha adelantado The Wall Street Journal, las balas tenían mensajes de ideología antifascista y a favor de las personas transexuales. Las autoridades también han asegurado que el sospechoso tiene «edad universitaria», según ha confirmado Robert Bowles, el agente especial del FBI a cargo de la oficina de Salt Lake City. «Nuestra investigación continúa y no descansaremos hasta dar con el culpable», ha afirmado por su parte el director del FBI, Kash Patel.
Una de las grandes preguntas es cómo el asesino logró escapar de la zona y eludir a la policía. Respecto a eso, las autoridades creen que el sospechoso llegó al campus a las 11:52 de la mañana, se preparó en el edificio Losee para cometer el crimen y luego huyó rápidamente, aprovechando el desconcierto y la muchedumbre congregada. Pese a que el cerco se estrecha sobre él, sigue en libertad 20 horas después de matar a Kirk.
Su asesinato, por desgracia, dista mucho de ser una nota aparte en un país, Estados Unidos, cada vez más acostumbrado a la violencia. Esta misma madrugada tres adolescentes han sido heridos en un tiroteo en Denver –algo que pasa casi diariamente a lo largo de la vasta geografía norteamericana–, y hace unos días una refugiada ucraniana fue apuñalada en un autobús en Charlotte sin que nadie hiciera nada. Tampoco es el último caso de violencia política. Hace tres meses, la congresista demócrata Melissa Hortman fue asesinada junto a su marido en su casa de Minnesota. Otro senador estatal, John Hoffman, se salvó de milagro.
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