Internacional | El Debate | 2025-06-15
Decenas de miles de personas salieron este sábado a las calles en distintas ciudades de Estados Unidos para expresar su oposición al rumbo político que, según denuncian, está tomando el país bajo la influencia del presidente Donald Trump. Las protestas, convocadas bajo el lema «Día sin Reyes», tuvieron lugar en unas 2.000 localidades y coincidieron con el 250 aniversario de las Fuerzas Armadas, una efeméride que el Gobierno celebró con un desfile militar en Washington D.C., y con el 79 cumpleaños del propio Trump.
El centro de la indignación popular fueron las recientes redadas migratorias impulsadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), medidas consideradas por los manifestantes como violaciones sistemáticas de los derechos civiles. Aunque el Ejecutivo anunció el viernes una pausa temporal de estas operaciones en sectores como la agricultura, la hostelería o la restauración, el descontento social ya se había extendido con fuerza, especialmente en ciudades con una fuerte presencia migrante.
En Nueva York, a pesar de la lluvia, unas 50.000 personas colapsaron la Quinta Avenida, entonando cánticos contra el ICE y lo que consideran una creciente radicalización autoritaria del expresidente. Simultáneamente, en la ciudad de Los Ángeles, más de 30.000 manifestantes se congregaron frente al Ayuntamiento ondeando banderas mexicanas y portando una gigantesca réplica de la Constitución estadounidense. La Guardia Nacional había sido desplegada días antes por órdenes de Trump tras estallar enfrentamientos relacionados con las redadas.
La ola de movilizaciones también se extendió a otras ciudades clave. En Filadelfia, cuna de la independencia estadounidense, alrededor de 80.000 personas ocuparon las calles en una protesta encabezada por Martin Luther King III, quien remarcó la necesidad de defender los valores democráticos heredados de su padre frente a lo que describió como una «regresión peligrosa».
Chicago vivió una marcha marcada por el luto: unas 20.000 personas guardaron un minuto de silencio en homenaje a la legisladora demócrata Melissa Hortman y su esposo, asesinados en un acto calificado como violencia política. Según las autoridades, el presunto atacante también había herido gravemente a otro senador del estado de Minnesota y a su esposa, quienes se encuentran hospitalizados.
En West Palm Beach (Florida), muy cerca de la residencia de Trump en Mar-a-Lago, miles se reunieron en una protesta pacífica vigilada por organizaciones de derechos humanos, con mensajes de apoyo a los inmigrantes, la comunidad LGTBI, Palestina y Ucrania.
Austin, la capital texana, también formó parte de esta jornada nacional, aunque su manifestación estuvo precedida por una amenaza creíble contra los legisladores locales que pensaban participar, lo que obligó a evacuar temporalmente el Capitolio estatal.
En Washington D.C., varios grupos se posicionaron en los alrededores del desfile militar con pancartas críticas con el presidente, quien se encuentra en plena campaña electoral mientras crece la polarización social y política en el país.
La dimensión de estas protestas, tanto en participación como en cobertura geográfica, refleja una creciente preocupación ciudadana por lo que muchos consideran una erosión acelerada de los principios democráticos, especialmente en materia de derechos migratorios, igualdad y libertad de expresión.
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